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Cómo usar la inteligencia artificial para humanizar tu tesis o textos universitarios

  • Foto del escritor: UVR correctores de textos
    UVR correctores de textos
  • 3 mar
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 26 mar

Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA) en la escritura académica, la reacción que muchos estudiantes tienen es la de usarla para aprovecharse de las tareas pendientes, de copiar o de resolver rápidamente las acciones de las asignaturas que no nos gustan.


O tal vez, para otros estudiantes, hablar de IA, ChatGPT, Gemini o Deepseek en sus trabajos suponga un temor y una incertidumbre sobre cómo se usa, hasta qué punto es lícito, o si realmente supone un aporte al conocimiento de la materia o los estudios que estamos cursando.


Y es que, es obvio que, por un lado, estas herramientas son increíblemente útiles para organizar ideas, mejorar la gramática y generar contenido de manera eficiente. Pero, también es cierto que muchas personas creen que los textos producidos por IA tienden a ser fríos, impersonales y carentes de autenticidad… cuando no son directamente un texto sin sentido o falso.


Sin embargo, este es un mito que vale la pena desmontar. Y es que, como veremos hoy, la inteligencia artificial puede ser una herramienta que, usada con criterios claros, nos puede ayudar a escribir de forma más clara, personal y envolvente nuestros trabajos académicos, nuestras tesis o nuestros TFGs y TFMs.


Seguramente, buena parte de los temores y malentendidos respecto a su uso proceden de no saber usarla o no tener aquellos criterios claros sobre lo que nos puede aportar. Y es ahí donde surge el problema: y dejamos que la IA haga todo el trabajo por nosotros.


Si simplemente copiamos y pegamos el texto generado por una IA sin revisarlo ni adaptarlo, terminaremos con un escrito que podría haber sido producido por cualquier estudiante de cualquier lado del mundo: pero no por nosotros.


Así, en este post partiremos de la base de que lo importante no es dejar que la IA escriba por ti, sino usarla como un asistente que te ayude a expresar mejor tus propias ideas, con tu propio estilo y voz; y para tus propios intereses y criterios. ¡Vamos allá!:


1.       Usa la IA como un asistente, no como un escritor


Nada más humano que trabajar en compañía y colaborando, y más cuando se trata de trabajos cognitivamente pesados como los académicos o nuestras tesis. Y es que, resulta fácil caer en la tentación de pedirle a una IA que redacte directamente un párrafo, un capítulo o incluso un artículo completo, si acaso dándole un buen prompt o un documento de referencia. Pero si haces esto, corres el riesgo de que el resultado sea demasiado genérico, sin ese toquecito propio que distingue un buen texto universitario: profundo, conciso y personal.


En lugar de esto, te sugerimos utilizar la IA como un asistente que te ayude a estructurar ideas, desarrollar argumentos y encontrar sinónimos o reformulaciones, por ejemplo:


  • Le puedes pedir a la IA que te dé una lista de ideas clave sobre un tema y luego elegir tú personalmente las que realmente se alinean con tu perspectiva.

  • Úsala para generar diferentes maneras de introducir un argumento y seleccionar posteriormente tú la que mejor se adapte a tu estilo.

  • También le puedes pedir que te dé ejemplos o estudios relevantes y luego los puedes reescribir con tus propias palabras.


En este mismo sentido, si sufres el clásico síndrome del folio en blanco, puedes echar mano de la IA para que te sugiera frases de inicio, pero desarrollando tú el resto del texto.


De este modo, el control siempre estará en tus manos, y la IA cumplirá siempre la función de ser una ayuda, no un sustituto de tu propia escritura.

 

2.      Pide sugerencias de tono y estilo, pero decide tú


Como ya hemos mencionado, uno de los problemas más comunes al usar cualquier plataforma de IA para escribir textos universitarios es que el tono puede sonar demasiado impersonal o mecánico, sin capturar tu “esencia” o estilo propio al escribir.


En este caso, una buena idea puede ser aprovechar la IA para recibir sugerencias de tono, pero siempre haciendo ajustes para que el texto suene más natural y alineado con tu estilo personal en base los objetivos de tu trabajo académico, de lo que ya tengas trabajado previamente, o de los requisitos que tenga tu escrito. Te dejamos algunas ideas:


  • Por ejemplo, pídele a la IA que te dé el mismo párrafo en diferentes tonos (formal, explicativo, reflexivo, conversacional). Luego, elige el que mejor encaje con lo que quieres transmitir, y termina de retocarlo tú.

  • Si un texto generado por IA suena demasiado rígido, reescríbelo con expresiones más naturales y con tus propias palabras y expresiones; o bien con aquellas propias de la jerga o tu campo de conocimiento.

  • Puedes usar la IA para mejorar la fluidez de tus frases sin perder autenticidad. Puedes pedirle que haga tus párrafos "más claros y naturales" en lugar de "más sofisticados", o que reescriba una idea usando el mismo estilo que otro párrafo o documento que hayas escrito tú previamente.


Como puedes ver, la clave estará en tratar la IA como un editor que te da opciones, pero la decisión final siempre la tomas tú.


3.      Refuerza la autenticidad con experiencias y ejemplos propios


Otro de los aspectos más importantes y valorados cuando hablamos de la escritura universitaria y académica, es la capacidad de conectar con el lector o evaluador a través de ejemplos concretos, experiencias personales y referencias reales.


Y si bien es cierto que la IA puede generar contenido basado en información disponible en internet, lo que no puede hacer es aportar tu propia experiencia, conocimientos adquiridos en clase o reflexiones personales.


Es aquí donde encontramos otra buena simbiosis para humanizar tus textos generados por IA:


  • Por ejemplo, si la IA te ha generado una explicación de un concepto teórico, complétala con ejemplos de tu propia investigación o experiencias académicas, con el objetivo de “aterrizar” en un ámbito o contexto específico y que sea relevante para tu trabajo académico.

  • Otra sugerencia la encontramos, por ejemplo, en que si estás escribiendo una tesis, puedes incluir experiencias biográficas o autoetnográficas propias sobre el proceso de investigación, sobre los desafíos que enfrentaste o sobre los descubrimientos inesperados que hiciste en el camino.

  • Otra tercera sugerencia relacionada tiene que ver con vincular el tema  de tu tesis con algo que hayas leído sobre la temática recientemente, con algún acontecimiento visto en un documental o aprendido en una conferencia.

 

4.     Dale un enfoque conversacional para mejorar la claridad


Un error común en la escritura académica -especialmente cuando estamos empezando a adentrarnos en este mundo- tiene que ver con confundir formalidad con complejidad. Así, muchas veces, en un intento por sonar más "académicos", terminamos escribiendo frases largas, enredadas y difíciles de seguir, que nadie entiende, lo que seguramente repercutirá en nuestra calificación final.


Es aquí donde la IA entra en juego, al ser una gran aliada si la usas para mejorar la claridad y la accesibilidad de tu texto.


Para ello, por ejemplo, puedes pedirle que reformule frases complejas de manera más clara; o bien usar la IA para detectar oraciones demasiado largas y dividirlas en partes más comprensibles o con otro estilo de redacción.


También puedes pedirle varias opciones o alternativas de redacción, para que tú termines de explicar aquella enrevesada idea y elijas la más directa y efectiva. Por ejemplo, si un concepto que comprendes a la perfección, pero  te está resultando complejo desarrollarlo, una buena idea puede ser pedirle a la IA que lo explique como si estuviera hablándole a un estudiante de primer año y luego puedes re-adaptar la explicación que te dé a tu texto académico en particular.


En cualquier caso, debes recordar: la escritura académica no tiene que ser difícil de leer para ser rigurosa. Un buen texto es aquel que comunica ideas de manera clara y efectiva. Muchas veces, menos es más.

 

5.      Usa la IA para encontrar tu voz única


Como estamos viendo hasta ahora, uno de los mayores desafíos al escribir un texto académico es encontrar un equilibrio entre el rigor científico y la autenticidad personal, sin perder eficiencia de la automatización de la IA. Y es aquí donde estas herramientas pueden ayudarte a descubrir y refinar tu voz única como autor o autora de tu trabajo.


Por ejemplo, le puedes pedir a la IA que analice tu estilo de escritura: Sube un fragmento de un texto que hayas escrito y pídele a la IA que identifique tus patrones de redacción, el uso de conectores, el tono o la longitud de las frases. Luego, usa esa información para mantener coherencia en tu voz a lo largo del texto, bien sea buscando otros conectoras y patrones, o bien manteniéndolos durante todo el texto (según tu objetivo).


Otra ayuda tiene que ver con el empleo de reflexiones personales. Para ello, te proponemos usar la IA para generar ideas sobre cómo incluir tus propias reflexiones o experiencias en el texto. Por ejemplo, si estás escribiendo sobre un tema relacionado con la educación, le puedes que te sugiera cómo conectar tus experiencias como estudiante con la teoría que estás presentando, y aplicarlas bajo tu control a las sugerencias que la IA te ha dado.

 

6.     Aprovecha la IA para practicar la escritura en otros idiomas


Una última idea (tal vez algo diferente, pero igualmente sugerente) tiene que ver con la traducción o la escritura de textos académicos a otros idiomas que no son nativos para ti. Esto puede ser especialmente útil si, por ejemplo, al estar escribiendo en un idioma que no es tu propia lengua, no perder la esencia de tu mensaje.


En estas situaciones, le puedes pedir a la IA que revise tu gramática y vocabulario, subiendo un párrafo y pidiéndole que te sugiera correcciones gramaticales o cambios de vocabulario hacia un nivel más avanzado (enhanced) o con jerga propia de aquel idioma en un estilo académico. Luego, puedes decidir personalmente qué cambios aplicar y cuáles descartar.


Otra idea útil tiene que ver con practicar la escritura académica en otro idioma. Ahora, la IA te puede servir para generar ejemplos de frases o párrafos en el idioma que estás aprendiendo, para después, intentar reescribirlos con tus propias palabras y así aprender idiomas a la vez que practicas el vocabulario propio de tu nivel académico.


Finalmente, otra eficaz tarea es la traducción controlada: Si tienes un texto en tu idioma nativo, le puedes pedir a la IA que lo traduzca al idioma en el que estás escribiendo, sin olvidar nunca de adaptar esa traducción a tu estilo personal, a los objetivos de tu texto, o a lo esperado por las personas que te van a evaluar.

 

Para acabar…


Si algo nos enseña la escritura universitaria es que redactar es un proceso de construcción que requiere paciencia y que a veces puede ser tedioso. No se trata solo de poner palabras en una página, sino de estructurar ideas, reformular argumentos y encontrar la mejor manera de comunicar lo que queremos decir.


Para ello, las herramientas de IA pueden ser un gran apoyo en este proceso, pero nunca reemplazarán el pensamiento crítico ni la creatividad humana, por lo que tal vez podamos usarlas para mejorar la claridad, estructurar ideas o evitar bloqueos, pero el toque final siempre debe ser tuyo.


Así que la próxima vez que te sientes a escribir, no temas usar IA, pero tampoco la uses indiscriminada o descuidadamente. Recuerda: ¡la mejor escritura sigue siendo la que lleva tu sello personal!

 

Si prefieres que lo hagamos por ti, recuerda que en UVR prestamos el servicio de humanización de tu tesis totalmente garantizada, al final, te entregamos el reporte IA para que puedas verificar los resultados.


Para finalizar, te invitamos a que apliques plenamente los consejos que aparecen en nuestro e-book: "Manual del tesista" para que termines tu tesis en tiempo récord y con alta calidad.


Recuerda que en UVR correctores somos expertos en corrección de estilo para tesis y aplicación de Normas APA, ISO 690, Vancouver, Chicago, MLA, IEEE, Icontec u otra.


 

 

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