El post de hoy está dirigido a visibilizar algunos errores típicos que muchos estudiantes de doctorado hemos cometido durante el proceso de elaboración de nuestra tesis doctoral. Si actualmente eres estudiante de doctorado, estamos seguros de que sabes lo duro que es este largo proceso, y lo último que quieres es que en la última etapa, cuando toca escribir el documento final que nos encumbrará como doctores, algo salga mal.
Es por esto que hemos recogido algunos aspectos fundamentales que debes evitar o corregir cuando escribas tu tesis doctoral. Te los ofrecemos a continuación:
1. No mantener la coherencia interna
Uno de los aspectos más importantes de una investigación académica (como un artículo o una tesis) es la coherencia. Muchas veces nos centramos en la relevancia y en la utilidad de nuestro tema, pero nos olvidamos de mantener un hilo común a lo largo de toda la tesis. A esto es a lo que llamamos coherencia.
Por ejemplo: ¿Lo que dicen tus objetivos está totalmente alineado con tu marco teórico? Es decir, ¿tus objetivos se pueden entender a la perfección leyendo tus capítulos teóricos, o hay algún concepto o idea que queda sin explicar? Por otro lado pero en la misma línea: ¿tus resultados responden y dan cuenta de todo lo que explicaste en tus objetivos específicos, o algún aspecto se ha quedado sin tratar? ¿La metodología explica todos los pasos que realizaste para cumplir esos objetivos?
Estas son algunas preguntas importantes para no caer en el error de no mantener la coherencia de tu tesis.
2. Terminar tu tesis sin sintetizar los hallazgos y/o la relevancia de tu tesis
Si bien la tesis es un documento bastante amplio en el que damos cuenta de muchos aspectos de nuestra temática y de nuestros objetivos, en ocasiones olvidamos ir sintetizando y compilando la información más importante. Y eso es relevante pues el potencial lector de nuestra tesis no siempre tendrá el tiempo para leer las 200, 300 o más páginas de nuestra tesis.
Por eso, un tip interesante que nos ayuda a evitar este error es añadir en algunos apartados una síntesis que concrete todo lo explicado hasta entonces. Hay varias formas: desde incluir un pequeño capítulo final que sintetice los principales hallazgos de la tesis (las conclusiones dan espacio para esto), hasta añadir pequeños subapartados (por ejemplo, al final del marco teórico y de los resultados) en los que vayamos compilando aquello que es más relevante en cada gran apartado de la tesis.
3. No pensar en el lector
Con relación a lo anterior, un aspecto muy importante a la hora de escribir nuestra tesis es pensar en el lector. Cuando escribimos una tesis siempre debemos tener en cuenta que estamos escribiendo para un público concreto, con unas características específicas (académicos con cierta experiencia en nuestro tema, seguramente con mucho interés en el tema pero poco tiempo…). Con esto nos referimos no solamente a facilitar la lectura y la comprensión con algunas síntesis, sino también en lo estructural o de contenido.
Por ejemplo, que la tesis sea visualmente atractiva, con un mismo tipo de letra y de tamaño, con una clara diferenciación de las ideas y apartados (mediante numeración, negritas, saltos de espacio…). Esto da una visión de la disertación doctoral mucho más clara que una presentación en la que una página es un único párrafo gigantesco, del cual el lector se canse incluso antes de leerlo.
Otro momento en el que erramos y dejamos de pensar en el lector es cuando no retomamos las ideas que previamente hemos ido comentando o apuntando en la tesis y solo quedan “abiertas”, pues nunca terminamos de aterrizarlas o de “cerrarlas”. Por ello, tanto para pensar en el lector, como para mantener la coherencia (de la que ya hablamos) es importante que todas las ideas, conceptos, teorías o autores que mencionemos aparezcan completamente explicados, o correctamente vinculados al argumento que estamos comentando. Y si no lo tenemos claro, mejor eliminar la breve mención de esa idea, concepto o autor. Recuerda: menos es más, y así ganarás en coherencia y comprensión para tu tesis.
4. No tener presente tus objetivos
Cuando ya estamos en el proceso de escritura con una buena planificación, es muy probable que pases por momentos de desorientación y de desmotivación: la escritura no avanza tan rápido como pensabas, han surgido eventos inesperados, no tienes claro por dónde seguir…
Esto nos ha pasado a todos y es de lo más normal.
En este punto, lo más importante es tener siempre presente tus objetivos. Los objetivos de tu tesis, aquellos que en su momento defendiste bajo tu proyecto y en los que llevas trabajando desde el principio son como el “faro guía” o la brújula de tu tesis: cuando estés perdido, cuando no sepas si lo que estás escribiendo es lo correcto o te estás desviando del tema, cuando necesites saber si un capítulo o apartado de la tesis es apropiado… ¡Vuelve a tus objetivos!
5. No planificar lo suficiente
Cuando accedemos a un doctorado, tenemos tantas emociones a flor de piel que al principio no nos daremos cuenta de cómo avanza el tiempo: nervios por el comienzo, estrés por no saber por dónde empezar o qué tareas debes realizar, satisfacción por las primeras buenas noticias…
Pero mientras ocurre todo esto, el tiempo va pasando, y cuando no te des cuenta, habrá terminado el primer año del doctorado. Eso significa (si estás con dedicación completa) que te quedarán 2 o 3 años más para terminar… y pasarán a la misma velocidad, incluyendo la escritura de la tesis.
Es por esto que una planificación coherente y realista del proceso de tu tesis es fundamental. ¿Qué requisitos te piden para poder terminar la tesis? ¿Cuánto tiempo puedes dedicarle diariamente? ¿Tienes cierto trabajo previo ya escrito con el que puedas iniciar la tesis? ¿Cuánto tiempo necesitarás para terminar de escribir la tesis? Este tipo de preguntas son fundamentales para planificar la escritura de la tesis, y te aseguramos que te las deberás hacer al menos con un año antes del término del doctorado.
6. No darte tiempo para aquello que no da rédito
El ritmo frenético de la academia muchas veces nos hace olvidar que leer y reflexionar sobre nuestra tesis o discutir con otras y otros compañeros sobre el proceso de doctorado, son actividades esenciales; aunque no nos produzcan un rédito o un producto tangible como resultado.
Asimismo, en el momento de escribir nuestra tesis doctoral, avanzar y escribir los capítulos con todo el contenido y la calidad debida, es tan importante como darnos el tiempo de releer aquello que hayamos escrito en busca de la coherencia interna, el correcto despliegue de las ideas y la retórica más conveniente para explicarnos. Por esta razón, las pausas en la escritura para sintetizar ideas, buscar la forma de enlazar conceptos, teorías y sobre todo, justificar las decisiones que en cada apartado hemos ido tomando, es un aspecto prioritario.
Así que no sientas ansiedad por sentir que a veces la escritura necesita detenerse para obtener una mirada más global o rectificar ciertos contenidos de tu tesis. Es lo correcto, y lo que más te recomendamos.
7. No atreverte a preguntar
Otro error muy típico es el de no atreverte a levantar la mano, hacerte ver, y pedir ayuda. Bien sea por vergüenza, incertidumbre o miedo a quedar mal, muchas veces evitamos hacer preguntas porque tal vez pensamos que son obvias, que ya deberíamos saber aquello que preguntamos, o porque pueden pensar mal de nosotros.
Algo que debes recordar, y que es muy importante, es que el doctorado no deja de ser una etapa formativa universitaria. Tal vez sea la de mayor grado y la de más responsabilidad, pero no por ello deja de ser un lugar de aprendizaje, al que nadie llega sabiéndolo todo (si no, ¿qué sentido tendría hacer el doctorado?).
Por tanto, atrévete a preguntar, indagar, averiguar… y cuando ya lo tengas claro, recuerda que ahora tú también puedes ayudar a otras personas que tengan las mismas dudas que tú. Desde aspectos protocolarios y burocráticos de tu universidad, hasta cómo puedes mejorar tu estilo de escritura o qué son las revistas científicas. Insistimos: nadie nace sabiendo, y está bien que no sepas y preguntes.
8. Pensar que no valemos para esto
En ese proceso de escritura intenso en el que sufriremos altibajos, un error frecuente es concluir que los errores y los tropiezos se deben a que no valemos para ser doctores o que esto no es para nosotros, sufriendo el clásico y común síndrome del impostor.
Este error tan frecuente debemos evitarlo, y para eso nada mejor que recordar que, si ya estás en proceso de escritura de tu tesis, tras 3, 4 o más años de investigación, recogida de datos, análisis, seminarios de discusión, congresos académicos, publicación de papers… ¿cómo no vas a valer para esto?
El proceso de escritura de la tesis no es más que la culminación y la confirmación de todo el trabajo que ya has realizado. En realidad, la escritura de la tesis es la descripción y argumentación del trabajo que ya has realizado, es poner en palabras aquello que ya has hecho. Por tanto, enfocarlo de este modo es una buena estrategia para evitar el error de creerte inferior o pensar que el doctorado no es para ti.
9. No leer el resto de artículos de UVR
En relación a lo anterior, para ayudarte y ahorrarte tiempo y malos ratos en nuestro blog de UVR Correctores de textos encontrarás muchas entradas en las que abordamos diferentes cuestiones relacionadas con el doctorado, la escritura y la defensa de la tesis que complementan la información que tu universidad o tu director o directora te pueden dar sobre tus incertidumbres o puntos débiles.
Desde cómo funciona una defensa de tesis hasta los diferentes estilos de citación, pasando por todos los contenidos que una tesis doctoral contiene. En nuestro blog encontrarás información de primera mano para que tu tesis de doctorado sea todo un éxito.
Recuerda que en UVR correctores somos expertos en corrección de estilo para tesis y aplicación de Normas APA, ISO 690, Vancouver, Chicago, MLA, IEEE, Icontec u otra. Puedes despreocuparte si envías tu tesis a corregir con nosotros.
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